LA FORMACION
ESPIRITUAL DE LOS HIJOS
Instruye al
niño en su camino,
Y aun cuando fuere viejo no se
apartará de él. (Proverbios 22:6)
Introducción:
Los padres están llamados a dar formación espiritual a los
hijos. Esta función es indelegable y no se puede dejar solo al colegio. La reputación de Dios delante del niño depende de sus padres, en su
mente infantil el niño piensa:”como son mis padres, así debe ser Dios”.
Un padre que tiene una autentica vida espiritual y una
relación personal con Cristo sabe que debe conducir a su hijo por el camino
verdadero.
Tengamos en cuenta los siguientes aspectos que nos pueden
ayudar como padres en esta delicada función en la cual se requiere que los
padres imiten a Dios como máximo ejemplo de un buen padre:
- Usar con el hijo
el lenguaje que Dios usa como padre.
Para poder proyectar en los hijos
la imagen de verdadero Papa, se requiere ante todo que los padres hayan
conocido y estén disfrutando del amor de Dios. (1 Juan 4:8) El lenguaje que usa Dios Papa a través de la
Biblia para con nosotros, sus hijos, es un lenguaje de amor, aceptación y
aprobación y este mismo debe ser el lenguaje que los padres terrenales
manifiestan a sus hijos.
- Manifestar al hijo el amor incondicional del Padre celestial. (1 Corintios 13:4-8)
- No es celoso ni envidioso (ayuda al niño a desarrollar independencia)
- No es presumido ni orgulloso (aceptar al niño como es, no hacer de el un trofeo para mostrar al mundo).
- No es arrogante ni egoísta (respetar la individualidad del niño)
- No es grosero (Tratar amablemente al niño y no dominarlo)
- No es irritable ni quisquilloso (tenerle paciencia en su proceso de desarrollo)
- No guarda rencor, no le gustan las injusticias (tratarlo con amabilidad y justicia)
- Se regocija cuando triunfa la verdad (gozarse, cualquiera que sea la realidad del niño)
- Enseñar al niño el
concepto de autoridad espiritual.
Los padres deben proyectar
hacia sus hijos una adecuada imagen de
lo que es la autoridad, para que a partir de esta los niños tengan una buena
imagen de todas las autoridades sobre el (profesor, líder espiritual, policía,
etc.). Aprender a obedecer a sus padres marcara la pauta para que obedezca a
Dios y respete todas las autoridades.
No debe confundir “autoridad” con
“autoritarismo”. Los padres demasiado estrictos y perfeccionistas pueden formar
en el hijo un callado resentimiento hacia Dios por ser autoridad y hacia todo
aquello que que represente algún tipo de autoridad. (Efesios 6:4).
- Enseñar al niño el
amor por la Biblia. (Deuteronomio 31:12).
La mejor manera de formar el
hábito de la lectura de la palabra de Dios es con el ejemplo personal de los
padres. Si la palabra es significativa para los padres, también lo será para
los hijos.
Es conveniente que en la familia
haya un tiempo de oración y meditación en la palabra de Dios. La Biblia es el
manual más valioso para entrenar y formar actitudes de los hijos.
- Desarrollar en él, el hábito de la oración. (Mateo
21:16).
Como en todo lo que implica
formación, el ejemplo es más valioso que cualquier consejo, los hijos deben ver
la oración como parte de la vida de sus padres. La oración de los padres
siempre será escuchada porque Dios los ha puesto como autoridad delegada,
representación de El en el hogar.
En los tiempos de oración en
familia, conviene que el niño escuche un lenguaje de bendición, por ejemplo,
que en la oración se agradezca a Dios por la vida del niño, se le bendiga en su
estudio y en su vida en particular, esto le llevara a sentirse aceptado delante
de Dios.
- Llevarlos desde temprana edad a reuniones infantiles cristianas MIC Y MJC. (1 Samuel 1:24).
Los niños no deben ser obligados
a asistir, solo deben motivarse y una vez que asistan, estimularlos para que
sigan asistiendo, preguntándoles como se sienten y pidiéndoles que compartan lo
que aprendieron y las experiencias que tuvieron.
Ejemplos en la Biblia:
La vida de Samuel (1 Samuel 2:18):
Fue educado desde su tierna infancia en los caminos del Señor. Fue entrenado
para obedecer a Dios y llego a ser un gran hombre integridad y vida exitosa
quedo consignada para la eternidad.
Los hijos de Eli: El fracaso de un padre:
Eli era un fiel sacerdote, amaba a Dios, era honesto, desempeñaba correctamente
su función sacerdotal, pero no educo a sus hijos para que obedecieran a Dios.
Se limito a reprenderlos cuando se entero de su conducta irreverente e inmoral,
pero reprender no es educar. El Señor le quito a esta familia el privilegio de
ser sacerdotes en las generaciones subsiguientes (1 Samuel 2:12, 3:12-13)
Aplicación:
Todos los puntos anteriores son claves en la
formación espiritual de nuestros hijos, pero lo más importante es que como
padres comprendamos que estamos llamados a ser ejemplo vivo en nuestra relación
diaria con Dios. Cuando no somos ejemplo, los niños se decepcionaran pues lo
que decimos no lo hacemos, y entrara en confusión, pues lo que aprende en el
ministerio no lo vive en su casa.
Recibe
a Jesucristo en tu vida y en tu casa por medio de una oración:
Señor
JESUCRISTO yo te necesito, reconozco que moriste por mis pecados, te abro la
puerta de mi corazón y de mi hogar, te recibo como mi señor y salvador y pido
que seas el rey de mi familia. Amen
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